Lo que está ocurriendo con la Inteligencia Artificial Generativa no es el apocalipsis educativo que algunos temen. Es un cambio drástico que transforma la manera en que los estudiantes adquieren conocimientos, estimulando su creatividad y proporcionándoles una potente herramienta de productividad.
Si algo está claro, es que la irrupción de la IA Generativa en el aprendizaje supone una auténtica revolución. Y como toda revolución, genera resistencia.
¿Miedo a Chat GPT?
En mis conversaciones con docentes universitarios, me ha sorprendido el miedo irracional que muchos sienten hacia ChatGPT. Me comentaba el otro día un docente que en su departamento han impuesto draconianas normas anti-IA: si un estudiante usa ChatGPT, tiene que entregar, junto a la bibliografía empleada, todos los prompts que usó y las respuestas obtenidas. Me pareció tan absurdo como pedir que anexen todas sus búsquedas en Google y los resultados que arrojaron.
Gran parte del mundo universitario pretende trasladar a la IA Generativa las medidas tomadas para evitar el plagio. ¡Pero usar la IA Generativa no es plagiar! Utilizar la IA Generativa es potenciar al máximo nuestra productividad y creatividad. Más que poner barreras a su uso, la Universidad debería fomentarla e integrarla en los procesos de aprendizaje de sus estudiantes.
De cualquier forma, seamos honestos: lo que realmente está pasando es que muchos profesores están aterrados porque la IA Generativa cambia radicalmente su forma de trabajar. Y el cambio, queridos profesores, es difícil. Pero como en tantas otras ocasiones, es inevitable.
Un experimento en casa: IA aplicada al estudio universitario
Para comprender el impacto que la IA Generativa tiene en los procesos de aprendizaje de los estudiantes universitarios, decidí hacer un pequeño experimento doméstico. Y es que la mejor forma de comprender el potencial de una herramienta es la observación de los usuarios, en este caso mis dos hijas, María y Natalia, estudiantes de segundo de Derecho con Análisis de Negocios y de primero en Medicina.
A comienzo de curso les proporcioné a cada una licencia de pago de Chat GPT y me dediqué a observar la forma en la que lo integraban en su proceso de estudio. Los resultados me han dejado maravillado. Y, lo que más me ha impresionado, es ver como su forma de estudiar ha cambiado en el arranque de este segundo cuatrimestre.
Al principio, lo usaban de la forma más obvia posible: pidiéndole que hiciera los deberes o realizándole algunas consultas que, en ocasiones, proporcionaban respuestas disparatadas. Como una vez en la que Chat GPT una imagen de una articulación entre el Atlas y el Coxis (dos huesos que están a medio metro de distancia o más, y que ahora, como padre de una estudiante de Medicina que soy, sé que es imposible articular).
Pero pronto descubrieron algo mucho más valioso: ChatGPT podía ser un aliado para estudiar, un tutor virtual con el que mejorar su aprendizaje. ¿Cómo? Gracias a la posibilidad de crear sus propios asistentes virtuales.
Algunas de las maneras en las que Natalia, la estudiante de Medicina utilizó la funcionalidad de crear GPTs personalizados fueron las siguientes:
- Anatomía. Aportar apuntes y exámenes de otros años para generar exámenes tipo test y cuadros comparativos entre articulaciones, nervios craneales y otras cosas que he sido incapaz de llegar a comprender.
- Bioquímica. Subir los apuntes de clase y pedir que corrija la redacción, complete el contenido a partir de las presentaciones de clase y elabore tablas para generar un aprendizaje más visual y práctico. Y, por supuesto, que genere exámenes similares a los de años anteriores.
- Humanidades médicas. Explicar conceptos filosóficos complejos. Es increíble ver como Chat GPT tiene capacidad para explicar de forma realmente pedagógica conceptos como la Verdad Simple, la Verdad Diferencial y la Verdad Racional en el pensamiento de Zubiri y de proporcionar ejemplos relacionados con la Medicina. Creo que hasta yo fui capaz de entenderlo.
- Fisiología. Además de las funcionalidades anteriormente descritas, sentí que entrábamos de plano en el mundo de la ciencia ficción el día que sorprendí a mi hija haciendo un examen oral con su asistente virtual de Fisiología. El asistente no solo le preguntaba como un profesor, también le ponía nota y le daba consejos para repasar la asignatura.
María, la futura abogada, tampoco se ha quedado atrás en el uso de Chat GPT para preparar sus exámenes. Algunos de sus usos han sido los siguientes:
- Derecho Penal. Tras alimentar un GPT con las presentaciones usadas en clase, sus apuntes y la versión digital de un manual, GPT le devolvió unos apuntes enriquecidos con ejemplos, jurisprudencia y esquemas. También le proporcionó baterías de test para practicar el examen.
- Derecho Civil. Tras subir los apuntes tomados en clase, el GPT permite tener conversaciones sobre cada uno de los temas con los que ir repasando en el autobús de camino a clase, aprovechando una hora al día que, de otra manera, sería un tiempo perdido para el estudio.
- Economía. Además de consultar dudas sobre los temas tratados, un GPT alimentado con los apuntes y presentaciones de clase fue capaz de generar ejercicios con soluciones para practicar.
Lecciones aprendidas
Una de las reflexiones más interesantes que me compartieron mis hijas tras la experiencia es que ChatGPT puede usarse para el mal (hacer los deberes sin aprender nada y luego fracasar en el examen) o para el bien (convertirse en un asistente que potencia sus procesos de aprendizaje).
También es verdad que Chat GPT tiene todavía muchas limitaciones. Su capacidad para generar imágenes sigue siendo limitada. Por ejemplo, no es capaz de generar flashcards para repasar Anatomía. Y funciona mejor para aquellas materias universales sobre las que hay mucho escrito en inglés, como la Fisiología o la Economía, que para materias de alcance local, como las asignaturas de Derecho.
De cualquier forma, lo más interesante está siendo ver como en el comienzo de este segundo cuatrimestre su método de estudio se ha transformado completamente. Están utilizando Chat GPT para elaborar y mejorar sus propios apuntes, tomando un rol mucho más activo en esta primera fase del estudio. Y esto, no solo está mejorando su comprensión de las materias estudiadas, sino que las motiva a dedicar más horas el estudio, que se está convirtiendo en un proceso mucho más dinámico.
Porque, otra cosa que han aprendido al utilizar Chat GPT, es que en ningún momento pueden confiar en su infalibilidad. La Inteligencia Artificial Generativa incurre en frecuentes alucinaciones. Pero este extremo, lejos de impedir el aprendizaje, hace que tengan que mantenerse mucho más atentas y activas que si simplemente se dedicarán a memorizar apuntes de otros años. Algo que, desgraciadamente, es lo que la mayoría de los estudiantes terminan por hacer.
El reto para la universidad
Es impresionante ver la facilidad y la practicidad con la que los estudiantes abrazan las nuevas tecnologías con ilusión y amplitud de miras. Y contrasta vivamente con la actitud de algunos profesores están tomando hacia las últimas innovaciones. Y es que, a los adultos, que tenemos tras nosotros una experiencia determinada de hacer las cosas, nos cuesta mucho más cambiar que a los jóvenes, que no tienen ese legado. Para ellos, el cambio solo tiene ventajas.
La Inteligencia Artificial Generativa está transformando la forma en la que los estudiantes aprenden. La Universidad no debe verla como una amenaza, fomentar su uso y tener la valentía de rediseñar sus procesos de aprendizaje.
Los estudiantes están tomando la delantera. Solo hay que observarlos y aprender de ellos.
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